Le
contaré que he entrado en conflicto más de una noche. Me he pasado madrugadas
enteras pensando en el porqué de usted en mi vida y mi corazón.
No
me ha sido fácil encontrar una respuesta a mi pregunta hecha solo al viento.
Porque aunque usted me hubiera oído, puedo afirmar que no me contestaría, yo
tampoco puedo hacerlo.
No
hago esto a manera de reproche, lo digo enserio. Cuándo señalo que he
encontrado las razones por las cuáles usted no me ama, no se debe de sentir
como un reproche, como algo que alguien tan desesperado, tan herido…como yo,
hace, para llamar la atención de la persona a la que ama, por un minuto, un
segundo.
No,
por supuesto que no quiero eso, yo solo hago esto porque…no sé porque lo hago,
solo sé que lo hago.
Quizás
porque necesitaba encontrar que era lo que estaba haciendo mal. Que era lo que
me fallaba, que era aquello que yo hacía que no correspondía a aquello que
usted tanto buscaba. Porque en verdad que yo quería ser lo que usted buscaba,
lo que usted necesitaba. Suena desesperado, pero es la verdad.
Me
examiné y me di cuenta que no era realmente la mujer más guapa que alguien
hubiera visto. Si alguien me llamaba "linda” creo que ya era el halago más
grande que recibiría en mi vida y me quería convencer que usted no le pondría
tanta atención a que talla de vestido era, cuántos centímetros abarcaba mi
cintura, que tal alta era o en cuánto se resumía mi peso. Pero si usted era de
esa clase de personas, entonces tenía un punto en contra, el no ser atractiva.
Pero,
¿Se da cuenta usted de que tan mierda es el mundo y la gente? Y no es que yo
quiera caer en aquél viejo dicho, muy usado, de la esencia de las personas,
porque yo mejor que nadie, sabe, que es lo último que vemos. Que podremos decir
que los sentimientos son lo único que importa, pero bien sabemos que si no
vienen acompañado de una bonita sonrisa y un bonito cuerpo, no le prestamos
atención. Es decir, por más que tus sentimientos sean buenos, todo valdrá
absolutamente nada, si no eres guapo o guapa.
Continuando
con mi autoexamen, pensé en que tan inteligente, es cierto, quizás no era la
persona más lista del mundo, pero yo creía que podía tener algo de ingenio si se
requería. Pero quizás usted no era de esa clase de personas, a las cuáles les
importaba mucho la inteligencia de la otra. Y después pensé en mi forma de ser
con usted, e hice lo que nunca se debe de hacer, me comparé con alguien más.
Y
es que ella es linda, guapa, segura de sí misma, le podría dar un beso en
cualquier momento, podría tomarle la mano sin pena, y le diría que tanto le
amaba, pasando solo unos meses desde que están juntos. Entonces, supongo que
era mi culpa, sí, mi culpa, porque yo, cuando usted me miraba, no podía
sostenerle la mirada más de unos segundos, el referirme a usted, me costaba
tanto como llamarlo por su nombre, yo no podría darle un beso en cualquier
momento, porque el miedo a ser rechazada, me invadiría. Tampoco podría decirle
que lo amaba a unos meses de estar juntos, porque el miedo a no ser
correspondida con un “yo también”, me partiría el alma.
Y
es que mi fragilidad y miedos, quizás eran los responsables de que usted no me
amase. ¿Qué hago yo mejor que ella que tanto le demuestra que lo quiere? Es verdad,
ella se lo demostraba más, pero le puedo asegurar, que ella no lo quiere más
que yo. Nadie podría.
Y
es que ella debería de estar tan atenta a cada gesto que usted hace, como yo lo
hago. Porque cada gesto que usted hace es tan único, que vale la pena verlo mil
y un veces. Ella debería de estar encantada de escuchar todo aquello que usted
tiene que decir, porque su voz es tan dulce y tan embriagadora, que se necesita
cerrar los ojos y disfrutar de cada silaba que usted enuncia. Porque
absolutamente todo lo que usted hace, tiene un aire de poesía, que debería de
ser escrito y recitado. Porque sus miradas, son las más profundas que este
mundo haya visto, que deberían de ser eternas.
Y
es que usted no me ama, por mi fragilidad y por mis miedos, por mis sonrisas
tímidas, mi poco maquillaje en la cara, mis pobres palabras rebuscadas cuando
me dirijo a usted, mi imperfecto cuerpo y mi poca expresividad.
Solo
tengo que defenderme y decirle, y pedirle perdón por no expresar todo aquello
que siento por usted, en mi defensa solo le puedo decir, que la gente como yo,
con un corazón tan maltratado y mal usado, tiende a tener una mala costumbre de
no decir lo que siente, pero créame, que aunque no se lo dije, mi amor se lo
demostré en cada palabra que yo le decía, por más rebuscada que fuera, en todo
lo que yo hacía estando con usted, por más torpe que fuera, en cada mirada que
yo le daba cuándo usted estaba distraído, por más poco sutil que fuera. Allí
estaba todo mi amor plasmado, le pido mil disculpas porque nunca me di cuenta
que no era suficiente. Y es que tontamente, creí que usted se daría cuenta,
pero me equivoque, y nunca me lo terminaré de reprochar.
Por
todas esas cosas, es que usted no me ama y le vuelvo a pedir perdón, por no
haber sido lo que usted buscaba y necesitaba. No hay cosa que me entristezca
más. Porque yo hubiera sido la mujer más feliz del mundo….si nos hubiéramos amado.
Perdón
y no lo culpo por no amarme, pues yo tampoco me amaría.
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